Ingredientes:
420 g de harina
10 g. de levadura fresca de panadería
1 cucharadita de azúcar
10 g. de sal
1 ramita de romero
100 g. de queso de cabra
1 o 2 tomates
sal
pimienta
8 cucharadas de aceite de oliva
3 ramitas de perejil
Preparación:
Desleír la levadura de 220 ml. de agua templada. Agregar el azúcar y 2 cucharadas de aceite, y remover hasta incorporarlos.
Colocar en un cuenco 400 g. de harina y verter sobre ella la preparación anterior. Mezclar 1 o 2 minutos con varillas, hasta que la preparación se separe de las paredes del cuenco.
Lavar el romero y el perejil, secarlos y picarlos. Volcar la masa sobre la mesa de trabajo ligeramente enharinada. Reservar un poco de perejil para decorar al final y añadir el resto a la masa, junto con el romero. Amasar durante 6 o 7 minutos, hasta conseguir una pasta homogénea.
Colocar la masa en un recipiente, cubrirlo con un paño de cocina húmedo y dejar reposar 1 hora. Dividir entonces la masa en 4 porciones y estirarlas ligeramente, con las manos, dándoles forma redonda. Forrar la placa con una hoja de papel sulfurizado y colocar sobre ella los discos de masa. Cubrirlos otra vez con un paño húmedo y dejarlos reposar de nuevo durante aproximadamente 30 minutos.
Precalentar el horno a 190º. Presionar la superficie de las tortas con los dedos unas cuantas veces para formar unos huecos no muy profundos y rociar cada una con 1 cucharada de aceite, de modo que quede bien repartido. Espolvorearlas con sal y hornearlas 30 minutos.
Lavar los tomates, secarlos y cortarlos en rodajas. Partir el queso de igual modo. Retirar las tortas del horno y cubrirlas con el tomate. Salpimentar y distribuir encima el queso.
Introducirlas de nuevo en el horno y cocerlas durante 5 minutos, hasta que el queso se funda ligeramente y esté doradito. Regarlas con el resto del aceite y servirlas calientes, decoradas con el perejil reservado.
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